Bogotá se trasnocha: Nuevo horario de rumba hasta las 5:00 a.m. transforma la noche capitalina

El 21 de abril de 2025, la Alcaldía de Bogotá anunció una decisión que promete cambiar las dinámicas de la vida nocturna en la capital colombiana: los bares, discotecas y establecimientos de entretenimiento podrán operar hasta las 5:00 a.m. en toda la ciudad. Esta medida, reportada por Noticias Caracol, busca impulsar la economía nocturna, fomentar el turismo y responder a las demandas de un sector que ha abogado por horarios más flexibles. Sin embargo, la extensión del horario también genera debates sobre seguridad, movilidad y convivencia en una metrópoli que nunca duerme.

Bogotá, con su vibrante escena cultural y gastronómica, ha consolidado zonas como la Zona T, Usaquén y Chapinero como epicentros de la vida nocturna. La extensión del horario de rumba, que anteriormente estaba limitado a las 3:00 a.m. en la mayoría de los sectores, responde a una demanda de los empresarios del entretenimiento, quienes argumentan que un horario más amplio incrementa los ingresos y genera empleo. Según la Cámara de Comercio de Bogotá, el sector nocturno aporta cerca del 2% al PIB de la ciudad, empleando a miles de personas en roles como bartenders, DJs, meseros y personal de seguridad.

La medida también tiene un componente turístico. Bogotá compite con otras capitales latinoamericanas, como Ciudad de México y Buenos Aires, que ofrecen horarios extendidos para el ocio nocturno. La Alcaldía espera que esta decisión atraiga a más visitantes nacionales e internacionales, fortaleciendo la imagen de la ciudad como un destino moderno y dinámico. “Queremos que Bogotá sea una ciudad que viva las 24 horas, con opciones seguras y diversas para todos”, señaló un vocero de la Alcaldía en el anuncio.

Sin embargo, la extensión del horario no está exenta de controversia. Uno de los principales puntos de preocupación es la seguridad. Bogotá, aunque ha reducido sus índices de criminalidad en los últimos años, aún enfrenta retos en materia de hurtos y riñas en zonas de alta afluencia nocturna. Según la Policía Metropolitana, en 2024 se reportaron más de 1,200 incidentes relacionados con el consumo de alcohol en bares y discotecas, incluyendo agresiones y robos. La pregunta que surge es si la ciudad está preparada para garantizar la seguridad de quienes disfrutan de la noche hasta las 5:00 a.m.

Otro aspecto crítico es la movilidad. Aunque Bogotá cuenta con servicios como TransMilenio y taxis, la oferta de transporte público disminuye significativamente en la madrugada. Esto podría complicar el regreso a casa para miles de personas, especialmente en barrios alejados del centro. Organizaciones ciudadanas han pedido a la Alcaldía implementar rutas nocturnas o subsidios para servicios de transporte por aplicativo, para evitar que los ciudadanos queden expuestos a riesgos en las calles.

La convivencia también está en el centro del debate. En zonas residenciales cercanas a bares, como La Macarena o Teusaquillo, los vecinos han expresado preocupaciones por el ruido y el desorden que genera la actividad nocturna. La Alcaldía ha prometido reforzar los controles de ruido y aumentar la presencia policial, pero aún queda por verse si estas medidas serán suficientes para equilibrar los intereses de los residentes y los empresarios.

El anuncio ha generado reacciones mixtas en la ciudadanía. En redes sociales, muchos bogotanos celebraron la medida, destacando que les permitirá disfrutar de la ciudad sin las restricciones de horarios anteriores. “Por fin Bogotá se pone al nivel de otras capitales. ¡Que viva la rumba hasta el amanecer!”, escribió un usuario en X. Sin embargo, otros expresaron escepticismo, señalando que la prioridad debería ser mejorar la seguridad y el transporte antes de extender los horarios.

Los empresarios del sector, representados por gremios como Asobares, aplaudieron la decisión, calificándola como un “espaldarazo” a una industria golpeada por la pandemia y las restricciones del pasado. Por su parte, colectivos vecinales han solicitado mesas de diálogo con la Alcaldía para garantizar que la medida no afecte la calidad de vida en sus comunidades.

La extensión del horario de rumba hasta las 5:00 a.m. es una apuesta audaz por parte de la Alcaldía, pero también un desafío que pone a prueba la capacidad de Bogotá para gestionar su vida nocturna. La medida tiene el potencial de dinamizar la economía y posicionar a la ciudad como un referente regional, pero su éxito dependerá de cómo se aborden los retos asociados. ¿Podrá la Policía garantizar la seguridad en las calles a altas horas de la madrugada? ¿Habrá suficientes opciones de transporte para quienes salgan de los bares al amanecer? ¿Logrará la ciudad encontrar un equilibrio entre la fiesta y la convivencia?

Este cambio también invita a reflexionar sobre la identidad de Bogotá. En una ciudad conocida por su diversidad cultural, la noche es un espacio de expresión, creatividad y encuentro. Sin embargo, para que esta nueva etapa sea sostenible, es crucial que la Alcaldía, los ciudadanos y los empresarios trabajen juntos en la construcción de una noche segura, inclusiva y respetuosa.

La extensión del horario de rumba es una oportunidad para que Bogotá brille, pero también una responsabilidad compartida. La Alcaldía debe garantizar controles estrictos, transporte eficiente y seguridad reforzada. Los ciudadanos, por su parte, deben disfrutar de la noche con responsabilidad, respetando las normas de convivencia. Y los empresarios tienen la tarea de ofrecer espacios de calidad que enriquezcan la experiencia nocturna sin generar conflictos.

Bogotá está lista para trasnochar, pero el éxito de esta medida dependerá de la capacidad de todos para hacer de la noche un espacio de celebración, no de preocupación. En una ciudad que siempre ha sabido reinventarse, esta nueva etapa podría ser el comienzo de una era dorada para la vida nocturna, siempre y cuando se construya sobre bases sólidas de seguridad y respeto mutuo.